martes, 21 de septiembre de 2010

El Coloso 2da parte

Estábamos frente a la televisión con los ojos redondos. Cuando levantaron el Coloso mis hijos y yo dijimos “guuuuuaaaaauuuuuu!” al unísono. Cuando lo ensamblaron y salió polvito repetimos “guuuuuaaaaauuuuuu!”… cuando se iluminó con luces de colores “guuuuuaaaaauuuuuu!”… en fin la noche del grito fue un “guuuuuaaaaauuuuuu!” interminable.
Ahora, entre todas las polémicas relativas a “esa noche”, -yo tengo las mías como por ejemplo que el switcher del Cepropie tiene sangre grupera porque nos recetó como una hora de concierto grupero a los indefensos televidentes que queríamos más bien ver a la bella Alondra o a la Maldita Vecindad, (y que no fuimos a la fiesta en persona por recomendación de nuestro H. Gobierno –y la verdad porque nos daba flojera y tenemos fobia a las aglomeraciones, jaja) pero en fin- Comuniq aporta su humilde reflexión relativa al Coloso:
Además de todo lo que se ha dicho –cosas muy chistosas algunas- les voy a comentar lo que su servidor pensó, digo, porque ya sé que no podían dormir con ese pendiente.
Efectivamente yo pensé que era Stalin o que era la estatua de Saddam que los gringos derribaron en Bagdad hace como siete años. Entonces me imaginé que aparecería en el cielo Roger Waters en su helicóptero y por los altavoces del Zócalo se escucharía una de esas conversaciones inentendibles entre el piloto y la torre de control que suele usar como introducción a sus rolas. Después de dos minutos de pppluuussfffwashhhshvviiittttttgggrssspppsspssssss, empezarían los primeros acordes de The Wall… Entonces bajaría Roger Waters de su helicóptero por una cuerda y abajo estaría esperándolo al pie del Coloso la Pink Floyd original y empezarían a cantar sus canciones. Hasta me imaginé que habría cochinitos-alcancía inflables –ya que era una noche muy mexicana- y que usarían algunos de los carros alegóricos del desfile previo para hacer algún tipo de performance.
A muchos les hubiera gustado que la estatua de 20 metros y 7 toneladas hubiera sido luego derribada al grito de tear down the wall, tear down the wall… que para fines de mi imaginación hubiera sido más bien tear down saddam, tear down saddam…En fin. El último debate que escuché fue que se habían robado la idea de la estatua que está en el jardín del museo José Luis Cuevas. Pero si con este Coloso no se ponen de acuerdo de qué o quién es, bueno, ni qué decir de la escultura de Cuevas, sería una discusión infinita.

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL COLOSO

TOMÉ ESTO DE EL UNIVERSAL. ME GUSTÓ MUCHO...
El humor del Bicentenario se apoderó de las redes sociales. Salieron verdaderas joyas del juicio público, tanto de la noche del Grito como de los desfiles de 15 y 16 de septiembre. El Coloso, estatua de 7 toneladas y 20 metros de altura que levantaron en el Zócalo, fue quizá el personaje más polémico. “Es Jesús Malverde, el santo de los narcos”, divulgaron por Twitter miles. “El Malverde del Zócalo se abrirá y saldrán narcos. Es su Caballo de Troya”, difundieron otros también por Facebook. “El Coloso es un “Ni-Ni”: Ni sabemos qué hace, ni qué representa”. A algunos inspiró, incluso, tema de foro: “¿Quién creen que sea El Coloso? A) Jeremías Springfield; B) Jesús Malverde; C) Colosio; D) Michael Jackson; E) Otro”. Otros lo relacionaron a la guerra contra el narco: “Es un ‘levantado’ [secuestrado]. Lo levantaron a fuerza”. “También pueden ser Freddy Mercury [cantante del legendario grupo de rock Queen] o Chuck Norris [actor]”. Otro favorito en redes sociales fue el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna. “Son tan buenas sus puestas en escena, que se ganó el derecho para que desfilaran los [Policías] federales”, fue un comentario reenviado por cientos. Otro: “El director de Fuegos Artificiales fue García Luna”.