martes, 9 de marzo de 2010

Mexicanos

Una vez en un desayuno con reporteros, como el evento no empezaba (raro), a alguien en la mesa donde yo estaba se le ocurrió que sería buena idea contar chistes. Contó el de "este era un chino, un alemán y un gallego"... Después de dos o tres chistes -medio malos la verdad- otro de los reporteros que estaba en la mesa, aclaró su voz y con acento madrileño dijo: "pues yo también me sé algunos chistes de mexicanos". Se hizo un silencio embarazoso debido a que el reportero amenizador comprendió la imprudencia de sus bromas a costa de estereotipos culturales. Ni los gallegos son como dicen los "chistes" y seguramente a nadie le gustaría que se burlaran de uno por el simple hecho de decir: soy mexicano.
Buuueeeennno. Aquí es donde entra la relatividad. La verdad es que a veces sí da un poco de tristeza saber lo que somos y en qué nos hemos convertido. Es penoso notar no lo que piensan los de afuera de nosotros, sino lo qeu pensamos los mexicanos de nosotros mismos. 
Muestra de ello son las campañas publicitarias que van y vienen y que obligan a varios a levantar la voz y decir "¡Momento! Yo no pienso así".
Ejemplo 1. Spot de Radio. Dos jóvenes en catársis de franqueza conversan y reconocen su ignorancia -propiciada o involuntaria- sobre asuntos que deberían formar parte de la cultura cívica básica de cualquier ciudadano. "la verdá we, yo no sé qué hacen los diputados..." - No pus yo tampoco... (o sea a buen árbol te arrimas). "Pero lo que sí sé es que los diputados del PRI aprobaron X cantidad adicional en el presupuesto para las universidades públicas". De repente los muchachos ignorantes que no saben qué hacen los diputados, entienden perfectamente las dimensiones financieras de tal gesto cuasiheroico de los legisladores tricolores. Saben cuánto ganan los profesores universitarios, cuánto cuesta equipar un laboratorio, cuánto dinero se destina a investigación y cuánto dinero se clavan los sindicatos, eso sin mencionar todo lo qeu se va a fondo perdido para mantener al aparato burocrático de las universidades públicas en México. Comuniq propone que el spot termine así: "Oye we, pero la verdá yo no sé para qué sirven las universidades..."
Ejemplo 2. Spot de radio. "Tú eres el sube y baja que había por la casa de tu abuela, tú eres lo que te ganaste en la última piñata, tú eres un danzón en domingo". Tú eres la morsa, le faltó decir a este anuncio. No sólo este anuncio privilegia las imágenes en lugar de los valores -de los cuales este país está sediento- sino que además pretende adormecer las conciencias con el conformismo de "tú eres". 
Comuniq propone (no en serio pero sólo para ilustrar que el racional de esta campaña es más chapucero que nada): Tú eres una balacera en Reynosa, tú eres un poder legislativo paralítico, tú eres una muerta en Juárez, tú eres un microbusero gandalla, tú eres un... mexicano.