miércoles, 11 de octubre de 2006

YouTube ¿por qué no se me ocurrió a mí?

Por Alfredo Alcántara

Hace algunos años conocí a una persona con un espíritu emprendedor indomable. Quería poner una cadena de escuelas de inglés basado en el método multinivel, en el que maestros y alumnos agregaban centavitos a sus cheques por cada nuevo alumno que inscribían. No dio resultado.
La última vez que supe de él estaba en el negocio de reconstruir autos de lujo chocados. Los compraba a las aseguradoras de sus lotes de pérdida total; contrataba a algunos mecánicos y hojalateros para revivir los Jaguares, Alfa Romeos y Audis. Y luego trataba de venderlos… tampoco funcionó.
Me acordé de él porque probablamente está pasando por ese amargo episodio a veces recurrente en la vida de todo emprendedor, al enterarse de la compra de YouTube por parte de Google.
YouTube, una empresa joven de no más de cinco años –aunque su auge data de hace apenas un año- dedicada a proporcionar un lugar en internet para que la gente comparta sus videos.
Una idea simple que les valió a sus dueños mil 650 millones de dólares y que convirtió a YouTube en uno de los sitios de internet por el que más se ha pagado en toda la historia del mundo en línea.
¿Por qué no se me ocurrió a mí? se preguntan tristes nuestros amigos entrepreneurs de la red. Peor aún cuando dicen: se me ocurrió a mí hace tres años pero lo descarté porque pensé que sería una pérdida de tiempo. Y ahí tienen.
Por otro lado hay que decir también que la compra de YouTube reavivó las esperanzas de muchos e inyectó nuevos bríos a algunos que seguirán buscando en internet la fórmula mágica para hacerse millonarios de la noche a la mañana.
Habrá quien siga defendiendo su idea de tener un sitio para encontrar a perros perdidos; una tienda para vender zapatos y agujetas sobre medida; un portal donde encontrar coladeras de cocina… y una página donde la gente puede consultar su horóscopo atrasado para saber por qué le fue tan mal ayer.
Sin embargo, seamos realistas, YouTube es una en diez millones, que es la cantidad que se calcula existe de páginas web, portales y blogs, sólo en idioma inglés.
Tampoco se trata de descartar la posibilidad de otra buena idea, pero quizás eso pase dentro de algunos meses, años, tal vez lustros… y probablemente cuando ésta surja, ya no habrá internet.

Sobremesa
¿Coincidencia o pirateo?
Ya casi no se ve. Es muy raro. Pero de repente se encuentra uno con casos de estos. La falta de originalidad en los spots publicitarios ataca otra vez. La mecánica –me imagino- es más o menos así: algún creativo con pocas ideas ve un anuncio, se le ocurre que es buena idea “adaptarlo” a un producto para el cual su agencia de publicidad está trabajando. Luego saca al aire un anuncio muy similar a otro que ya habíamos visto. Tal es el caso del nuevo spot para Fusion, de Ford. Se parece sospechosamente a la campaña de Camry, Toyota, denominada Camryality. Juzgue usted, sequía creativa en JWT o mera coincidencia.