martes, 5 de diciembre de 2006

Nuevo verbo en mktg: Amiguear

¿A usted lo han amigueado? Es una experiencia medio divertida y algo sui generis.
Sólo hay que darse una vuelta por algún centro comercial o supermercado el fin de semana. Mientras usted camina por ahí sin hacerle daño a nadie, de repente lo aborda un individuo -por lo regular un jovencito entusiasta- que sin empacho saluda:
-Hola amigo -así sin signos de admiración.
¿Amigo? se pregunta uno temiendo que la edad esté empezando a cobrar cuentas pendientes, entre ellas a restarle eficiencia a la memoria. ¿Pues de dónde nos conocemos o me estará confundiendo?
Todavía no termina uno de hacerse las preguntas -será un pariente, será amigo de la Cuquis, será mi hijo, será un asalto- cuando el susodicho comienza a bombardear sin clemencia:
-¿Qué tarjeta manejas? ¿a cuánto ascienden tus ingresos? ¿traes tu credencial para votar? ¿me prestas un comprobante de domicilio?
Acto seguido le recorre a uno un toque frío de pies a cabeza... "¡Chin!, ya me cayó Hacienda y este es uno de sus emisarios. De seguro es la nueva modalidad: Auditoría en el Super".
Pero momento. No puede ser posible... cuando uno empieza a razonar y a repasar mentalmente si ha hecho a tiempo todas sus declaraciones, el muchacho que no ha parado de hablar y de decir "amigo" para todo, esboza una sonrisa como si nos hubiera caído en alguna movida y da la siguiente explicación:
-Sólo necesito un comprobante de domicilio para hacer el trámite.
En este punto ya uno está en posibilidades de contraatacar al rapaz.
-A ver ¿para qué quieres mi credencial y mi comprobante de ingresos? ¿Piensas que salgo de compras con toda mi papelería oficial o que ando cargando comprobantes de ingresos por si se ofrece? ¿Cuál es el mentado trámite?
-Para tramitarle su tarjeta de crédito.
-¿Pues qué, traigo un letrero que dice: quiero una tarjeta de crédito?
Entonces el jovencito se ofende y comienza a decir cualquier cosa, eso sí poniendo "amigo" después de cada palabra que termine en vocal.
No sé en dónde aprenderán eso los supervisores y gerentes que tienen a su cargo la fuerza de ventas. Porque estoy seguro que no es por iniciativa propia que los vendedores de tarjetas de crédito usan esos guiones. Alguien les dice que digan eso.
Obviamente es una manera muy ineficaz de abordar a los clientes. Amiguearlos y tutearlos sólo refuerza las barreras de comunicación en lugar de -como supongo creen- eliminarlas. En general todo el numerito -o sales call si le quieren llamar- es un ejemplo de cómo perder a un cliente potencial en tres minutos, amigo.

miércoles, 11 de octubre de 2006

YouTube ¿por qué no se me ocurrió a mí?

Por Alfredo Alcántara

Hace algunos años conocí a una persona con un espíritu emprendedor indomable. Quería poner una cadena de escuelas de inglés basado en el método multinivel, en el que maestros y alumnos agregaban centavitos a sus cheques por cada nuevo alumno que inscribían. No dio resultado.
La última vez que supe de él estaba en el negocio de reconstruir autos de lujo chocados. Los compraba a las aseguradoras de sus lotes de pérdida total; contrataba a algunos mecánicos y hojalateros para revivir los Jaguares, Alfa Romeos y Audis. Y luego trataba de venderlos… tampoco funcionó.
Me acordé de él porque probablamente está pasando por ese amargo episodio a veces recurrente en la vida de todo emprendedor, al enterarse de la compra de YouTube por parte de Google.
YouTube, una empresa joven de no más de cinco años –aunque su auge data de hace apenas un año- dedicada a proporcionar un lugar en internet para que la gente comparta sus videos.
Una idea simple que les valió a sus dueños mil 650 millones de dólares y que convirtió a YouTube en uno de los sitios de internet por el que más se ha pagado en toda la historia del mundo en línea.
¿Por qué no se me ocurrió a mí? se preguntan tristes nuestros amigos entrepreneurs de la red. Peor aún cuando dicen: se me ocurrió a mí hace tres años pero lo descarté porque pensé que sería una pérdida de tiempo. Y ahí tienen.
Por otro lado hay que decir también que la compra de YouTube reavivó las esperanzas de muchos e inyectó nuevos bríos a algunos que seguirán buscando en internet la fórmula mágica para hacerse millonarios de la noche a la mañana.
Habrá quien siga defendiendo su idea de tener un sitio para encontrar a perros perdidos; una tienda para vender zapatos y agujetas sobre medida; un portal donde encontrar coladeras de cocina… y una página donde la gente puede consultar su horóscopo atrasado para saber por qué le fue tan mal ayer.
Sin embargo, seamos realistas, YouTube es una en diez millones, que es la cantidad que se calcula existe de páginas web, portales y blogs, sólo en idioma inglés.
Tampoco se trata de descartar la posibilidad de otra buena idea, pero quizás eso pase dentro de algunos meses, años, tal vez lustros… y probablemente cuando ésta surja, ya no habrá internet.

Sobremesa
¿Coincidencia o pirateo?
Ya casi no se ve. Es muy raro. Pero de repente se encuentra uno con casos de estos. La falta de originalidad en los spots publicitarios ataca otra vez. La mecánica –me imagino- es más o menos así: algún creativo con pocas ideas ve un anuncio, se le ocurre que es buena idea “adaptarlo” a un producto para el cual su agencia de publicidad está trabajando. Luego saca al aire un anuncio muy similar a otro que ya habíamos visto. Tal es el caso del nuevo spot para Fusion, de Ford. Se parece sospechosamente a la campaña de Camry, Toyota, denominada Camryality. Juzgue usted, sequía creativa en JWT o mera coincidencia.